Ya se acabaron las vacaciones y seguramente estás pensando en cómo recuperar la figura. En más de alguna persona, las palmeras, helados y tentaciones de verano, tuvieron consecuencias en su peso. Si estás pensando en entrenar, trotar o comenzar alguna otra actividad física, debes tomar ciertas precauciones para evitar lesionarte.
Según explica el Dr. Hugo Marambio, Jefe del Centro de Salud Deportiva de Clínica Santa María, «es muy importante planificar las cargas, hacer un calendario de éstas y que sean progresivas, ya que las principales patologías que se pueden presentar es precisamente por sobrecargas sobreentrenamiento».
El especialista comenta que la lesión más frecuente en las personas que trotan son las tendinopatías, periostitis tibial –de la banda iliotibial- y las patologías de los pies. Por ejemplo, aquí se encuentra la ‘Rodilla del Corredor’. “Se presenta generalmente en pacientes que parten corriendo de forma muy apresurada o cuando se usan zapatillas desgastadas e inadecuadas”, detalla.
Para evitar lesiones de este tipo, el Dr. Marambio entrega algunos consejos:
.- Vestimenta: Escoger zapatillas de acuerdo al peso, que sean cómodas, livianas y cuenten con buena amortiguación. Nunca usar zapatillas nuevas para correr, porque pueden lesionar los pies. Respecto a la ropa, lo ideal es que sea ligera, refractaria al calor, permita una adecuada ventilación y sea apropiada para el clima del día. Los calcetines también son importantes: Deben ser deportivos y no apretar el pie, para no cortar la circulación. La excepción son aquellas personas que sufren de periostitis (inflamación de la cubierta del hueso), quienes deben usar calcetines compresores.
.- Calentamiento previo: Es importante preparar el organismo para el entrenamiento, no importando si serán 10 minutos o una hora. Las elongaciones permitirán enfrentarlo de mejor manera.
.- Al terminar la actividad física: Se recomienda elongar los músculos, para evitar contracturas musculares (agarrotamiento).
.- Baño que aporte frío: Se recomienda darse un baño con agua helada después de entrenar, lo que se conoce como “golpe de frío”. El objetivo es disminuir el estrés metabólico que genera un esfuerzo físico de esta magnitud y bajar la temperatura del cuerpo, que puede llegar hasta los 38 °C.
.- Si aparecen dolores: Tanto musculares como articulares es mejor reducir la intensidad del entrenamiento y detenerse si es necesario. El dolor indica que hay un problema y forzar el cuerpo sólo podría producir una lesión o agravarla.
Recuerda que la actividad física no solo ayuda mantener un cuerpo sano y saludable, sino también a combatir el estrés y despejar la mente de las preocupaciones que se enfrentan a diario.